Se habla de las crisis del agua.
Recientemente escuché a alguien comentar que existe el agua que existe. Se me quedó esto grabado pero ahora creo que no es así, que, como muchas cosas, es más complicado.
Es verano en esta parte del mundo. Es un verano que está siendo raro. La primavera también fue rara, extremadamente seca.
Por la mañana suelo ir a una fuente cercana al monte donde los animales beben agua. Hay un banco para sentarse y el banco está cubierto de rocío.
“Estamos literalmente implicadas en otros cuerpos animales, vegetales y planetarios que fluyen materialmente a través de nosotras, nos restablecen y recurren a nuestros propios cuerpos como a sus riachuelos: los cuerpos humanos ingieren los cuerpos de los embalses. Asimismo los cuerpos de lluvia sacian su sed en los cuerpos de los embalses, los cuerpos de lluvia absorben los cuerpos de los océanos, los cuerpos de los océanos aspiran los cuerpos de los peces, los cuerpos de los peces son consumidos por los cuerpos de las ballenas, que luego se hunden en el lecho marino para pudrirse y ser tragados nuevamente por el vientre oscuro del océano. Este es un tipo diferente de ‘ciclo hidrológico’.”
Astrida Neimanis, Figuring Bodies of Water, Bloomsbury, 2017, p.3